Montar en una Basso es una experiencia que hay que vivir y que va mucho más allá de los datos técnicos y las prestaciones. En primer lugar, la mejor manejabilidad posible obtenida a través del equilibrio entre la manejabilidad y la ligereza, las prestaciones y el placer de pedalear.
Cada bicicleta Basso se desarrolla a partir de la experiencia de conducción. Cada forma de su construcción, cada ángulo de su geometría y cada tubo que compone el cuadro son el resultado de la investigación y el desarrollo junto con técnicos altamente especializados. No se trata de producir la bicicleta más ligera o más aerodinámica, sino de combinar estas características para crear una experiencia de conducción inspiradora de alto rendimiento.
Basso concibe el cuadro como la prolongación mecánica del cuerpo del ciclista. Cada cuadro está hecho para amplificar sus capacidades y su determinación, alcanzando los más altos estándares de calidad y seguridad. Cada modelo se fabrica en muchas tallas diferentes (hasta 8 en algunos modelos) lo que, combinado con los componentes Basso, también disponibles en diferentes tamaños y especificaciones, permite calibrar la mejor posición sobre el sillín para cada ciclista. Cada bicicleta se ensambla después según las especificaciones de quien la encarga, con la posibilidad de modificarla y adaptarla con el tiempo.
Músculos y carbono, nervios y pedales. Kilómetro tras kilómetro montando en una Basso, cada ciclista experimenta una simbiosis y encuentra la confianza para desafiar sus límites gracias a la herramienta más adecuada para su cuerpo. Los cuadros Basso se mejoran constantemente como homenaje a quienes a lo largo de los años han montado en ellos, contribuyendo al desarrollo del placer de montar
Miles de mediciones antropométricas sobre los cuerpos de los ciclistas para estudiar su postura, la distribución del peso, el equilibrio dinámico en el que se basa el ciclismo. Desde su fundación, Alcide Basso ha estudiado la fabricación de cuadros a medida para los deportistas. A partir de este cúmulo de datos, ha derivado su propia fórmula para la geometría perfecta. Las mediciones y el modelado permitieron identificar la geometría adecuada para el propósito de Basso: ofrecer la mejor experiencia de conducción.
Hace más de cuarenta años, el Sr. Basso fabricó su primera montura, fruto de una meticulosa búsqueda de la geometría adecuada para las personas. En cuatro décadas, la tecnología ha evolucionado y el diseño la ha seguido. Pero las leyes geométricas y el cuerpo humano, la biomecánica, no han cambiado.
Por ello, no es de extrañar que la geometría identificada por Alcide Basso en los albores de su aventura siga siendo hoy el punto de apoyo del que derivan las geometrías de los diferentes modelos.
Por ello, cada bicicleta es diferente y única, pero inconfundiblemente Basso.
Diseñado para competir, para divertirse, para durar. Hecha a mano por Basso, en Italia.
Manos que conocen cada fibra, cada pliegue, cada junta del cuadro de la bicicleta. Manos que llevan décadas repitiendo los mismos gestos, perfeccionándolos de vez en cuando gracias a la ingeniería de los procesos de producción. Un enfoque que mezcla ingeniería y habilidades manuales, donde los procesos meticulosamente estructurados son seguidos por las manos expertas de los técnicos. Se necesita tiempo para fabricar una bicicleta artesanal de lujo, y es precisamente en el reto del tiempo donde se demuestra su valor.
Detrás de cada cuadro Basso están las manos de quienes, con pasión y dedicación, dan forma al material con cuidado y atención meticulosa a cada detalle.
Manos que no sólo fabrican cuadros de alto rendimiento, sino que aseguran su durabilidad para que la experiencia de montar en bicicleta Basso pueda vivirse durante el mayor tiempo posible. Paseo tras paseo, temporada tras temporada.
La meticulosa atención al diseño ha llevado a Basso a buscar soluciones que combinan la funcionalidad dedicada al rendimiento con una estética refinada y elegante. La investigación y el desarrollo constantes tanto en los aspectos mecánico-estructurales como en el proceso de producción se unen a la capacidad de desarrollar internamente nuevos materiales y acabados para garantizar resultados fiables, duraderos y, sobre todo, elegantes en cada cuadro.