Hay una regla esencial en el proceso de planear un nuevo viaje: recorre primero la ruta.
Para Rolling Dreamers, cada nuevo destino comienza sobre el sillín, no detrás de un escritorio.
Eso es lo que los trajo a Grecia: seis días de exploración a través de tres islas —Corfú, Léucade y Cefalonia— para probar, perfeccionar y entender cada ruta, exactamente como la experimentarán los futuros ciclistas. Sin suposiciones, sin atajos. Solo ciclismo real, en condiciones reales. Y para eso, la Basso Palta fue la herramienta elegida: versátil, estable y lista para cualquier cosa.
El viaje comenzó en Corfú, con dos recorridos que conectaban Gouvia y Kassiopi. El tramo de gravel fue limitado, pero inolvidable: accidentado, técnico y disperso a través de olivares y carreteras interiores remotas. Estas secciones accidentadas se alternaban con tramos de asfalto que ascendían hacia vistas panorámicas del mar Jónico, tranquilo, vasto y siempre presente en el horizonte.
El equipo pasaba las noches en un velero, atracando en puertos tranquilos después de largas jornadas sobre el sillín. Allí, las bicicletas descansaban sobre la cubierta, listas para el siguiente recorrido. La Palta se adaptó a cada transición del terreno con control y facilidad, permitiendo que la atención se mantuviera totalmente en la ruta, las condiciones y los pequeños detalles que importan cuando pedaleas por algo más que por ti mismo.
Después de un viaje en ferry y un traslado corto, el equipo llegó a Lefkada para un solo y llamativo recorrido. Comenzó en un asfalto liso y estable, ascendiendo hacia un puesto militar abandonado, muy por encima de la costa. A partir de ahí, la carretera desapareció. En su lugar: gravilla muy técnica, rocas sueltas, curvas arenosas y trazados expuestos que exigían atención y respeto.
Estos son los momentos que ponen a prueba a un ciclista. Y estas son las rutas donde la exploración realmente importa, cuando la superficie es inestable, el entorno no es familiar y la única constante es tu equipo. La Palta superó todos los desafíos de frente, con la agilidad y la confianza necesarias para seguir explorando más a fondo, sin importar lo que viniera después.
La etapa final del viaje se desarrolló en Cefalonia, un destino que ofreció algunos de los recorridos de gravel más pintorescos y completos del viaje. A lo largo de tres rutas distintas, el equipo recorrió tranquilos caminos costeros, subidas interiores sombreadas por árboles antiguos, rápidos descensos de gravel y largos tramos de carretera vacía.
Aquí, el ciclismo fue más equilibrado. Aún salvaje, aún físico, pero con espacio para disfrutar del ritmo. Hubo momentos para parar a nadar, momentos para ir a la deriva y contemplar el paisaje, y momentos para esforzarse más. En todo ello, la Palta demostró su completa versatilidad: eficiente en las subidas, indulgente en los descensos y cómoda durante las largas horas bajo el sol.
Las salidas de exploración plantean preguntas que ningún mapa puede responder. Es por eso que en Rolling Dreamers eligen la Basso Palta, no solo por su rendimiento, sino por su resistencia en terrenos cambiantes y caminos inexplorados.
Diseñada para satisfacer las exigencias de la exploración real, la Palta ofrece fiabilidad donde más importa.
Si este viaje te llama, la ruta está abierta. La Palta está lista.